El proyecto europeo atraviesa aguas turbulentas y puede que no todo el mundo este dispuesto a lanzarnos un salvavidas
si nos hundimos. Aunque los principales dirigentes de la Unión Europea
apuestan por proteger a todos y cada uno de los 27 a toda costa, existen
voces discordantes en el barco. En este contexto de incertidumbre, es importante saber qué piezas del ajedrez europeo juegan en contra de España.
Jutta Urpilainen y Finlandia
Finlandia
no es un socio cualquiera del club europeo. Es uno de los pocos países
que aun conservan la triple AAA y junto con Holanda y Alemania uno de
los representantes de la línea más dura de austeridad.
La ministra finlandesa de Finanzas, Jutta Urpilainen dejó claras las intenciones de su país hace poco. «Finlandia prefiere prepararse para abandonar la moneda única antes que pagar las deudas de los demás miembros del Euro», sentenció la ministra.
Urpilainen
reiteró que Helsinki no participará en el programa de ayudas al sistema
bancario español si Madrid no presenta avales para los primeros tramos
del paquete financiero, porque previsiblemente saldrían del temporal
Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF). «Finlandia no se colgará al euro a cualquier coste y estamos preparados para todos los escenarios», advirtió Urpilainen.
En
ese sentido, hace solo dos días el primer ministro del país, Jyrki
Katainen, propuso a los países atenazados por la crisis como España e Italia que emitan bonos de prenda con garantías de propiedades y participaciones del Estado.
Todo eso se suma al espectacular ascenso de la ultraderecha nacionalista en Finlandia
en las últimas elecciones, que de haber entrado en un Gobierno de
coalición podrían haber bloqueado los fondos de rescate, haciendo
temblar la estabilidad europea.
Jens Weidmann y el Bundesbank
Mario Draghi anunciaba hace unas pocas semanas que la institución que preside hará «todo lo posible por salvar al Euro». Parecía
que por fin el presidente del BCE se había decidido a comprar deuda de
los países del sur como España e Italia para aliviar las elevadas primas
de riesgo. Pero una vez llegado el día del Consejo Europeo Draghi «se
achantó», postergando la decisión una vez más. ¿Por qué ese paso a atrás del presidente del BCE?
«Los políticos sobrevaloran el poder del BCE», afirmó Jens Weidmann este
fin de semana. El presidente del Bundesbank y ex mano derecha de Angela
Merkel, puede ser la clave del enigma. El Bundesbank alemán, ha
reiterado este viernes su resistencia a que el Banco Central Europeo (BCE) reactive su programa de compra de deuda para frenar el aumento de la prima de riesgo de España e Italia por considerar que ello envía «incentivos equivocados».
Weidmann
quiso dejar claro que no es Draghi, si no el Bundesbank quien tiene la
sartén por el mango en esta cuestión. «Yo no diría que solo somos uno de
los 17 bancos centrales», advirtió. «Somos el mayor y más importante banco central del Eurosistema y tenemos más influencia que muchos otros bancos centrales del Eurosistema. Esto significa que tenemos un rol distinto. Somos el banco central más activo en el debate público sobre el futuro de la unión monetaria».
Eso
quiere decir que según Weidmann el Bundesbank tiene la fuerza
suficiente para que se respete su voluntad, que en este caso es «que España pida el rescate», en lugar de solicitar únicamente ayuda financiera para su sistema bancario.
Holanda y Mark Rutte
«Italia
y España son campeones de fútbol, pero es hora de cortar un poco a
estos campeones, porque cuando se trata de nosotros, no existe una
manera por la cual se puedan beneficiar de nuestra economía». Este es el
mensaje que el partido del primer ministro holandés, el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), lanzaba hace un mes en su cuenta de Facebook. «Ellos tendrán la Copa, pero no nuestra solvencia», resumía.
Mark Rutte, se sumaba, a su manera, a la campaña que en su día hizo el expresidente francés, Nicolas Sarkozy, en la que ponía a España de mal ejemplo.
El mensaje euroescéptico de Rutte se puede volver especialmente peligroso de cara a las elecciones que se celebrarán el próximo 12 de septiembre en Holanda. El líder político ha declarado en varias ocasiones que su país vetaría la compra de deuda por parte del fondo europeo de rescate en el caso de que España lo solicitara.
El ministro Philipp Roesler
Mientras
su colega de partido como Guido Westerwelle, ministro de Exteriores
germano, descartaba que España vaya a necesitar ayuda financiera de los
fondos de rescate» y aseguraba ser «muy optimista respecto a la economía
española» alabando las políticas del Gobierno de Mariano Rajoy, Roesler, ministro de economía, advertía al BCE que «no se inmiscuya» respecto a la compra de deuda española.
«Preservar la estabilidad de precios debe ser el rol principal del BCE y no financiar deudas estatales. Comprar bonos soberanos no puede ser una solución permanente.
Sólo podremos establecer una renovada confianza en la zona euro si se
mantiene estrictamente la disciplina fiscal y se aplican reformas
estructurales», aseveró respecto a una eventual compra de deuda española
e italiana.
Philipp
Roesler, el verso libre del Gobierno alemán ya protagonizó la semana
pasada una agria polémica cuando «defendió la salida de Grecia del euro
como opción viable», lo que desató críticas de otros miembros del
Gobierno y de su propio partido. En una entrevista reciente Roesler ha
rechazado estas críticas. «En mi ministerio hemos podido ver que el
Gobierno griego no ha podido poner muchas cosas en práctica», precisó
Roesler.
La indecisión sale cara
La
Unión Europea peca de indecisa y eso le cuesta dinero a España. Según
declaró el ministro de Economía, Luis de Guindos en una entrevista
concedida a ABC, las dudas sobre el futuro del euro le cuestan a nuestro país 200 puntos de prima de riesgo,
es decir, 12.000 millones de euros en intereses de la deuda que
deberemos pagar en los próximos dos años. Mientras tanto, según analista
jefe de Bremer Landesbank, Folker Hellmeyer, Alemania se ha ahorrado hasta 60.000 millones de euros en financiación. Parece que navegar por aguas turbulentas beneficia más a unos que a otros.
(*) Periodista de Abc, Madrid
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